Adan Gastélum Bracamonte, el médico del pueblo

Urna

El doctor Adan Gastélum Bracamonte, fue para Ures, una persona importante y muy querida por todo el pueblo, nos dice su compañera de vida Adriana López Peraza, a ocho meses de su partida..

“Hace cinco años se le detectó un cáncer de colon. Después hubo una cirugía y salió bien, pues le desterraron el cáncer. No necesitó quimio ni nada. El año pasado, cuando cumplió un año de fallecida la niña que teníamos, que tenía una condición de discapacidad, le dijeron a él que tenía cáncer, pero ahora en el hígado. Ya no había muchas probabilidades de superarlo. Pasó un mes nada más…” Relata Adriana para Ciudadanía Sonora.

EN GUADALUPE DE URES


Con cierta ternura, Adriana nos dice que su esposo era “el médico del pueblo”. “Cuando vinimos solamente había otro doctor aquí. Llegamos a Guadalupe de Ures de donde era él originario, ahí dio consultas con una mesa de exploración en casa de una tía. Estuvimos un año y luego nos vinimos a Ures, aquí en una casa instaló más equipo médico, después nos fuimos a otra casa cerca de la plaza y ahí puso su consultorio”.

Nos relata, nuestra entrevistada, de la gran vocación de servicio que caracterizó a su esposo, quién decidió de la noche a la mañana que quería regresarse a su pueblo. “Yo creo que, por su niñez, la forma en que vivió ahí, lo que vio, la pobreza y la necesidad de esos servicios en Guadalupe de Ures. Era muy noble y le daba mucha pena pedir ayuda con algunas cosas; en cambio él sí podía ayudar a todo el que se lo pidiera”.

NOBLEZA Y PROFESIÓN


Cuando falleció, nos cuenta que el pueblo acudió a acompañarlo. “Yo no andaba muy bien, pero me platica mi familia que el templo estaba lleno, por todos lados para despedirlo”. También destaca la importancia de reconocer a quienes como el doctor Adan Gastélum dedicaron su profesión y vida al lugar que los vio nacer. “Todavía salgo y la gente se sigue lamentando, me dicen ‘mi mamá está inconsolable porque dice que se le fue su doctor de cabecera’. Atendía mucha gente mayor, las apapachaba mucho”.

Y agrega, para finalizar que, su esposo, el doctor Adan fue demasiado noble, se dedicó a su pueblo. Se regresó ayudar a su gente, muy merecido que lo reconozcan. Toda su profesión la dejó en Ures. Creo que así le hubiera gustado a él: que lo recordaran con mucho gusto y con mucho agradecimiento por lo que él se esmeró en hacer por ellos”.

Originario de Guadalupe de Ures, Adan cursó la carrera de medicina en la Universidad Autónoma de Guadalajara y, nos dice su viuda Adriana López que “él realizó su internado y servicio en Ensenada. Ahí fue donde nos conocimos. Yo soy de Baja California. A los quince días de casados nos vinimos a vivir a Ures y aquí cumplimos 39 años de casados”.

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