Olga Acosta: Gobernar bien es sinónimo de respeto

En el municipio de Carbó, el nombre y la persona de Doña Olga Acosta Real es bien conocido: igual se acerca a saludarla la niña que va a comprar dulces, el joven que juega con un balón en la cancha frente al Ayuntamiento, así como las y los trabajadores de este municipio, es pues, profeta en su tierra.

Fue la primera alcaldesa de Carbó en el período 1985-1988, originaria del Cerro de Oro del municipio de Rayón. Nacida hace 74 años. Es hija de Isaac Acosta Zambrano y Elisa Real Vázquez. “Salí con la frente muy en alto porque cumplí con la salud, con la política y con la sociedad”. Nos platica en entrevista para Ciudadanía Sonora.

De su gestión, menciona logros como la construcción de la iglesia, la escuela preparatoria por cooperación, la Biblioteca Municipal, comandancia de policía. Y agrega que "hicimos un pozo de agua potable, una laguna de oxidación, 2,400 metros de pavimentación, compramos una casa y la acondicionamos como jardín de niños".

“Me tocó organizar el festejo de los 100 años de Carbó y estuvo precioso. La gente era muy solidaria con nosotros, sabían que éramos muy transparentes. Trabajamos para ayudar a los que más necesitaban. Tuvimos la visita de Cecilia Occelli. Doña Olga platica como se dio su candidatura a la alcaldía, aunque reconoce que al igual que en los tiempos actuales, “había mucho machismo ¿cómo va ser una mujer…? yo ni pensaba ser presidenta municipal. Andaba barriendo el corral afuera de mi casa y me grita mi vecina ‘te vamos a lanzar para presidenta porque tú traes bien puesta la camiseta de las trabajadoras y la vas a hacer. Desde mañana empezamos, no nos digas que no. Tú como le has servido tanto a la gente, la gente no te va traicionar; tú vas a ir derecho’. Me animaron, eran tres compañeras ya murieron ellas”.

Durante 44 años trabajó como enfermera del centro de salud. Actualmente vive en su casa acompañada de dos hermanas. "Tengo un hijo y soy madre soltera. Mi hijo trabaja en Hermosillo, aquí vivimos juntas tres hermanas; una de ellas hace tamales para vender. Yo si volviera a nacer viviría aquí en Carbó otra vez. Es muy tranquilo, hay fuentes de trabajo; la gente está contenta".

En Carbó, nos dice Doña Olga, se hace cada año la Fiesta de la Pitahaya con el concurso de platillos elaborados con esta fruta. "Tengo 20 años participando y ganando con diferentes guisos, mermelada, carne en jugo de pitahaya, tamales, pasteles. Ya no voy a participar se enojan las señoras porque siempre gano", bromea. También asegura que, aunque se lo han pedido, no volvería a contender por algún cargo público porque "hay que dar chanza a las y los jóvenes.

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