URES: Cuna de la historia sonorense
En un espacio tan breve no es posible enunciar todo lo que significa este magnífico rincón sonorense, mucho se ha escrito sobre él, pues tan solo tiene 386 años de edad. Es en el siglo XIX que Ures se posiciona como una zona estratégica del noroeste de México, incluso ha sido referida como “la Atenas de Sonora” por haberse distinguido como cuna de poetas y profesores, durante la segunda mitad del siglo XIX, y aun así tiene tanto que ofrecer hoy en día..
Siendo un municipio de poco menos de diez mil habitantes, situado en la rivera del Río Sonora, tiene la ventaja de estar apenas a 70 kilómetros de distancia de la ciudad capital de Hermosillo, lo que permite que el traslado sea sumamente accesible cuando se busca salir a un paseo corto que no sea destino de playa.
EL BUEN COMER
El primer encuentro que tiene el visitante es la riqueza
gastronómica que se ha consolidado a través del
tiempo, desde que el restaurante de “Manuel Lucas”
era el punto casi obligado para las y los visitantes,
hasta lo que actualmente se puede degustar en los
múltiples lugares, desde las deliciosas empanadas y
“pan de mujer” en San Rafael. Y qué decir de los
tamales de elote y carne, cocido, gallina pinta, carne
con chile colorado, frijoles refritos, tortillas de harina
y una amplia variedad de guisos a todo lo largo del
camino de La Loma y Guadalupe.
Una de sus particulares características es que en
época de molienda (octubre-febrero) se puede
presenciar la elaboración de productos derivados de
la caña de azúcar, como la ya tradicional mancuerna
con cacahuate, los ponteduros, las melcochas, el
morro y el punto son algunos deliciosos dulces que
resultan de todo un proceso artesanal que va desde el
corte de la caña, pasando por la extracción del jugo
y transformación final en esos icónicos productos
símbolo de Ures.
Como una ciudad añeja, Ures cuenta con un manjar
herencia de la cultura japonesa que permanece hasta
nuestros días: el jamoncillo; ese rico dulce de leche,
azúcar y vainilla que las familias japonesas -que
habitaron nuestro municipio a principios del siglo
XX- dejaron a los urenses como legado; hecho que
permite que en la actualidad podamos degustar este
delicado postre.
POR LUGARES NO QUEDAMOS
Lo primero que viene a la mente es visitar la Plaza de Armas con las imponentes ceibas que la custodian, admirar la bella Parroquia de San Miguel Arcángel,
tomarse fotografías en el escudo del municipio
colocado frente del Palacio Municipal. Ures ofrece
atractivos tan diversos como únicos, pero sobre todo
brinda experiencias y vivencias especiales.
Además de contar con infraestructura de hospedaje
y servicios turísticos suficientes, se puede viajar en
el tiempo a través de los recorridos por sus casonas
bicentenarias, admirando su oferta arquitectónica
que ha sido catalogada con más de 100 monumentos
históricos por el Instituto Nacional de Antropología
e Historia, tales como el molino harinero “El Urense”,
majestuoso e imponente edificio de 300 años que aún
conserva la maquinaria original para la elaboración de
harina de trigo. No se pueden ir de Ures sin visitar el
Museo Regional. Así también puede usted admirar la
carroza mortuoria única en el estado de Sonora, y la
sala original del que fue el H. Congreso del Estado de
Sonora; la casa del General Pesqueira y El Arco del
centenario de la Independencia.
Ures es la puerta de entrada a la ruta del bacanora, se pueden visitar los campos de cultivo de maguey, observar el proceso de destilado y por supuesto la cata de este líquido transparente que ayuda hasta a sanar el alma..