La Pimería Alta, un territorio dialectamente diverso

JUPITER MARTÍNEZ RAMÍREZ

Foto de Cocospera

Hoy en día, entre toda la población se conservan costumbres y tradiciones que se cimentaron en ese pasado cultural muy remoto junto con el crisol de la presencia del mundo occidental que dio forma a la cultura de hoy.

La región de la Pimería Alta se ubicó en el noroeste del estado de Sonora y sur de Arizona, cuyos habitantes vivieron tanto en las inmediaciones de los ríos Magdalena, Altar, Asunción, Santa Cruz y San Pedro como en el mismo Desierto de Altar. Durante el periodo misional a toda la gente se le denominó genéricamente como pimas altos pero se trataba de diversos grupos (o’odham: gente) que hablaban variaciones dialectales de la lengua pima alto que, a su vez, reflejaban diversos modos de organización y adaptación a la vida del desierto y también producto de su pasado mismo.

Entre los sonorenses aún perdura el uso de la etiqueta Pápago para denominar a cualquier habitante indígena de esta región, pero considerando que el derecho humano al auto-reconocimiento, es recomendable conocer las preferencias de las personas o las comunidades sobre cómo desean ser llamados.

La diversidad dialectal de los o’odham del periodo misional es poco conocida y comprendida, principalmente porque para los intereses de la Corona Española era más sencillo homogenizar a la población en un solo grupo, a reconocer los distintos derechos históricos adquiridos al habitar el territorio por milenios. Aún así, en los textos del jesuita Eusebio Francisco Kino podemos vislumbrar la diversidad y conformación del territorio basados en las menciones de algunos jefes pimas.

MISIONES Y CACIQUES

En la misión de Dolores, fundada en las cercanías de Cucurpe en la ranchería del Bamotze, menciona a Cosari o Coxi, el primer cacique con quien interactuaría para dar inicio a su plan de evangelización. En la misión de Cocóspera hace mención de Cola de Pato a quien bautizaría como Francisco Pacheco con el fin de darle el título de gobernador, quien es muy probable que hablara el dialecto Himeri. Más hacia el norte (en las cercanías de la actual ciudad de Tucson) interactúa con los capitanes Coro y Humaric, quienes eran parte del grupo dialectal sobaipuris que habitaban en las riberas de los ríos Santa Cruz y San Pedro. Hacia el poniente, principalmente sobre el río Altar, se hace mención de la nación Soba, presumiblemente otro grupo dialectal; en años posteriores también se utilizarían los términos: piatos, gileños y papabi que nos hablaban de la diversidad y complejidad cultural de sus habitantes.

Mirando hacía el pasado prehispánico de la Pimería Alta, cuya tradición arqueológica ha sido denominada como Trincheras, también se observa una intensa dinámica cultural en constante transformación, desde habitar en casas en foso, conformar aldeas con jacales en las planicies, acondicionar las cimas y laderas de cerros volcánicos para uso habitacional y ceremonial.

Todos con la constante de la agricultura de riego de maíz, frijol y calabaza. Pero se ha observado que cada valle tuvo su propia dinámica particular.



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