Dos hijos jugando en las Ligas Mayores

RAMÓN URÍAS

Ramón Urías

Es así en los pueblos, en las ciudades pequeñas, de esas donde todos y todas se conocen, se saludan y son amables. A los visitantes no les queda de otra más que ser como ellos/as: disponibles, fraternos y con un trato que parece que las partes se conocen desde hace muchos años, aunque se vean por primera vez. Con este gusto, Ciudadanía Sonora se trasladó a Magdalena de Kino para entrevistar al padre de los dos actuales jugadores ligamayoristas Ramón y Luis Urías.

Es así que don Ramón Reyes Urías Morales abre la puerta de su casa, de su espacio, de su familia y nos la presenta. Enseguida, luego de pasar, sabemos que en ese hogar se respira y se vive el béisbol: las paredes están adornadas con casacas de equipos de distintas ligas; arriba de la chimenea hay una colección de bates, guantes, manoplas, gorras. “Más al rato les muestro el verdadero museo donde guardo todo lo referente a mis hijos”, nos advierte el anfitrión.

Dos hijos en las grandes ligas ¿Qué se siente? “Le platicaba ayer a un maestro de aquí de Magdalena, acerca de que estoy tan orgulloso de ser uno de los padres de familia que tiene dos hijos ligamayoristas. Recordamos otros casos como el de los Treviño de Santa Rosalía, Baja California con Vicente y Enrique y aquí en Sonora con Ramón y Luis, hay mucha historia. Han hecho algunas cosas que sorprenden como la vez que pegaron home run los dos el mismo día, aunque ya van algunas ocasiones que hacen lo mismo.

“En una ocasión, en el mismo día, los dos pegaron home run con caja llena en la séptima entrada. Ramón estaba jugando con los Diablos Rojos de México y Luis estaba en San Antonio. Es como la casualidad de que los dos nacieron el mismo día. Se llevan tres años, Luis tiene 25 Luis y Ramón 28. Mucha gente me da carrilla, dicen que los tuvimos el mismo día para ahorrarnos una piñata”.

LOS INICIOS

El hoy retirado profesor, Ramón Urías, nos platica con entusiasmo que nació en una comunidad cerca de Magdalena llamada El Pantanito; que jugó en la liga municipal y en la magisterial. Su posición fue en el jardín.

Hermanos Urías con sus respectivos uniformes, el 87 de los Orioles de Baltimore y el 2 de los Cerveceros de MilwakeePero la charla vuelve a sus hijos, sobre el de la casaca con el número 87 de los Orioles de Baltimore y el del 2 de los Cerveceros de Milwaukee. “No les llamaba mucho la atención el béisbol, pero una vez que regresé de dar clases me encontré a Ramón con todos los arreos de cátcher puestos y jugando con una pelotita de esponja. Se la empecé a tirar y desde ahí. Poco después empezaron a entrenar, siempre con gente más grande.

“Luis no se animaba a entrarle con ganas. Le decía, Luis: métete a jugar, tienes capacidad. No quería y respondía que le daba vergüenza. El caso que aquí enfrente vivía un entrenador, se venía a platicar conmigo en las tardes y empezamos a tratar de convencerlo. Recuerdo que Ramón cumplió años y me pidió llevarlo a Nogales a comprarle guantes, bates y pelota. Luis fue con nosotros y en el camino le empezamos a dar carrilla: a ti no te vamos a comprar nada de béisbol, porque te gustan las muñequitas; y con eso le dimos en el amor propio, llegamos a la tienda a comprar y que me va diciendo: ándale pues cómprame lo de béisbol.

“Y así empezaron a entrenar más, a crecer, a jugar en la liga municipal de aquí de Magdalena, pasaron a la regional, a la estatal y así; hasta que un día llegaron los buscadores de los Diablos Rojos y ahí me di cuenta que tienen potencial, que se toman en serio el béisbol. Pero mi esposa y yo queríamos que estudiaran primero y después se dedicaran al deporte, hasta que descubrimos que el béisbol también es una carrera y viendo las cualidades de ellos, su capacidad para jugar, dije, los voy a dejar que se vayan, al fin y al cabo, si tienes cincuenta años o más y quieres hacer una carrera la haces. Pero sí traté de que terminaran la preparatoria.

COMO PADRE LOS QUIERO IGUAL

“Mucha gente me pregunta ¿quién de los dos es mejor para ti? Aunque los cinco dedos de la mano sean diferentes, para mí son iguales. Lo único que siempre he dicho de ellos es que Ramón es más centrado, más serio y Luis es más jocoso para jugar, pero en cuanto a habilidades tanto a la defensiva como la ofensiva con el guante, para mí son iguales, son lo máximo, no puedo decir éste es más que el otro, sólo en el carácter Ramón es más centrado, más serio y Luis un poquito más aventado.

“Cuando vemos los partidos de béisbol, mi esposa se pone la gorra de Baltimore y yo la de Milwaukee”.

No podemos pasar por alto la pregunta de qué siente don Ramón al verlos jugar, ya sea en vivo o por TV. Responde que le dan nervios, pero que lo peor que le ha pasado es cuando los hermanos, sus hijos, han jugado en equipos rivales. “Se enfrentaron una vez en Obregón, Ramón estaba jugando segunda base y Luis de short stop. Lo único que le pedía a Dios era que Ramón no bateara cuando estuviera Luis en el cuadro; pero sucedió y en esa ocasión Ramón pegó una bola entre tercera y short y Luis se tiró por ella e hizo los tiros pero no sacó a su hermano ¿Por qué no me sacaste? Le preguntó Ramón, y le responde Luis: porque te hubieran bajado el porcentaje, pero te dejé llegar le dice. Agarran ‘curas’ los hermanos Urías.

Al papá de los hermanos Luis y Ramón Urías le emociona mucho la idea de que sus hijos sean un ejemplo para los niños no solo de Magdalena sino de México. Él mismo conmina a sus hijos a recibir a los infantes que llegan a tocar la puerta de su casa para pedir un autógrafo o una foto. Porque ellos no olvidan la tierra que los vio nacer y vuelven cada vez que les toca “descanso”, y entrenan ahí en los campos magdalenenses, en esos mismos donde don Ramón narra la crónica a toda voz de los partidos dominicales cuando hay temporada.

“Oye que vas a hacer mañana me dijo Luis un día. Pues no sé, la rutina de siempre le dije. ¿No quiere ir a San Diego? ¿Y a que voy a ir a San Diego, simple? Es que mañana voy para arriba, respondió. En la madre… Se me rodaron las lágrimas de gusto esa vez”.

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