Hacer cine a favor de la creatividad y la imagen

OLIVER RENDÓN

Oliver Se considera, dentro del plano profesional, como un realizador audiovisual. Tiene trabajo con qué demostrar que sabe hacer bien las cosas.

Actualmente, Oliver debe estar entre los tres cineastas sonorenses más notables. Aún no han pasado dos meses desde que se estrenó su más reciente filme que lo posicionó, que mantuvo expectantes a quienes gustan del cine; hablamos de El Casino del Diablo, película en la que Oliver dirigió a Ofelia Medina, María Pavlovich, Jorge Luis Moreno y John Adams.

El cineasta se ofrece a hablar con Ciudadanía Sonora. Nos da un panorama de su trabajo, su vida, anécdotas. Así como es él: relajado y campechano, empieza por hablarnos de su personalidad.

“Estoy preparando un guion que es como una obra coral entre mujeres burguesas hermosillenses y hombres en situación de calle. Esa es la primicia”.

“Tengo 43 años, pienso que a la edad que tengo podría parecer que ya se acabó el tiempo, pensar que alguien que ya llegó a los 40 pierde la oportunidad, y son mentiras, la juventud es la etapa que uno tiene para fantasear. Con esto quiero decir que tienes la oportunidad de echar a perder, levantarte y probar. Pero hoy puedo decir que justo entrando en esta década de los 40 yo siento que soy y estoy más imaginativo que nunca.

“Soy un hermosillense, soy realizador audiovisual, soy gay, soy amigo, soy hijo, hermano, novio, no sé, soy inquieto”.

Como llega al cine

Oliver rememora que en la prepa solía traer siempre una Handycam, esa camarita portátil de la Sony. Grababa a sus amigos/as de la prepa. Cuenta esto porque de alguna forma fue su acercamiento primero al quehacer audiovisual. También experimentó haciendo TV y radio en medios locales. Reflexiona y determina que también el haber trabajado en agencias de publicidad realizando guiones de tipo comercial le ayudó a hacer “tablas” para lograr ser el cineasta que es ahora.

“Sin embargo el cine, creo que nació en mí cuando El Tierra de Vaqueros, que fue un documental que produje, que dirigí y que escribí gracias a un diplomado que organizó Mónica Luna, en aquel entonces titular de cinematografía del Instituto Sonorense de Cultura, sobre cine documental apoyaban cinco proyectos, y uno de esos cinco proyectos que apoyaron fue el mío. Así fue como entré al cine y fue una forma de entrar con el pie derecho. De pronto mi documental lo empezaron a elegir en festivales de cine, y me lo compró el Canal 22 de Conaculta en aquel entonces, fue así como una buena entrada al mundo del cine, un buen despegue. Creo que ahí decidí que eso es lo que quiero hacer.

“Después de Tierra de Vaqueros empecé a trabajar de asistente de dirección de películas ya grandes. Trabajé para la película de Chávez que dirigió Diego Luna aquí en Hermosillo como segundo asistente de dirección. Me fui como ‘colando’ en varias partes.

Después, para mí como director vino un cortometraje que se llama Bill, que fue mi primer cortometraje de ficción que dirigí en 2014. Posteriormente de Bill vino Loving South que hice el 2016, que también a ese le fue muy bien, obtuvo varios premios y pude viajar a otros países. Una bonita experiencia, que Loving South ha sido el último trabajo digamos artístico que he hecho con libertad y con fines de exploración propias del arte Después realicé otras cosas que han sido más bien de tinte comercial, lo cual no demerita nada puesto que he sido también libre de escribir y dirigir como este último del Casino del Diablo que se me dio libertad plena pero no deja de ser un trabajo por encargo.

Oliver, nos relata la anécdota de cómo, con uno de sus cortometrajes logró llegar hasta el Festival de Cine de Cannes, en Francia. Pese a que éste se proyectó en una sala pequeña del prestigiado Festival; Oliver logró escabullirse para convivir o ver de lejos a estrellas de cine famosos/as, a directores/as y a sentir parte del glamour que suele haber en esos eventos. Asimismo, con otro de sus trabajos logró participar en justas cinematográficas en Alemania.

¿Qué sigue para Oliver Rendón?

“Tengo por ahí un guion que nunca he terminado ‘al 100’ pero que tengo la idea de que quiero filmar en algún momento, que sería como mi siguiente trabajo. Ya es por amor al arte que yo quiero hacer y no como una chamba exactamente. “Uno aprende a poner la creatividad y la imaginación al servicio del trabajo, quiero decir, si mañana me hablan y me dicen tienes que hacer un comercial de escritorios de madera… Es una cosa de estar imaginando, ejercitando la imaginación. No tengo un proceso para activar la creatividad. Conozco gente que tiene técnicas meditación y todo eso. Parto de cómo que se me vienen cosas a la cabeza y siempre estar pensando en ocurrencias”.

Debemos destacar, para las y los lectores de Ciudadanía Sonora que Oliver Rendón trabajó como asistente de productor con la casa productora Canana Films de Gael García Bernal y Diego Luna. Estudió cine, actuación, talleres de guion cinematográfico entre otras actividades que han hecho de él uno de los cineastas más notables de Sonora.

Su Obra

  • Loving South (Ganador del Festival de Cine de Guanajuato como mejor cortometraje mexicano)
  • Bill
  • El Tierra de Vaqueros
  • Casino del Diablo


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