Volar como golondrina hacia la solidaridad y la empatía

Irasema León

Descripción de foto: Las Mujeres Dicen. Irasema León

"Si yo me sacara la lotería donaría mucho, dicen algunos... No tienes que esperar a sacarte la lotería. Los poquitos que nos dan tanto, suman mucho y es lo que nos ha sostenido todo este tiempo. Estoy más que convencida de esto".

Irasema León es una mujer sonorense que lleva en las venas el altruismo, se ha distinguido por estar al servicio de los demás en cada una de sus actividades. Promueve los derechos de todos, actúa a favor de las causas vulnerables, inicia en la Red Solidaria y de ahí tomó como su proyecto de vida el Comedor Golondrinas.

Niños jugando Organizarse para preparar el desayuno, no una ni dos porciones o platillos, digamos 65 desayunos. Limpiar las mesas, recibir a las y los niños que llegan tempranito a alimentarse. Decirle a las y los pequeñas/os comensales que es importante lavar los platos después de comer. Pero antes de esto, antes de poner un plato en la mesa, hubo que conseguir los productos e insumos con qué preparar ese número de desayunos, casi diariamente durante siete años consecutivos. Esto es nada más la parte, digamos, “operativa”, lo que en verdad nos interesa es la lección de vida, de solidaridad y amor con la que Irasema León y un equipo de personas afines realizan esto. Como ya dijimos, día a día en el Comedor Golondrinas, allá en una de las colonias más precarias al norponiente de Hermosillo: La Humberto Gutiérrez.


"El trabajo que hacemos es gestionar ayuda, es pedir, es buscar, pero el verdadero trabajo se hace mientras se está preparando la comida. Eso implica muchísimas cosas"

“Mi experiencia es momentánea ahí. Nunca he sabido lo que es pasar una noche sin agua, cuidándote que el vecino no te esté vigilando, es muchísima la problemática que tienen las y los niños que, a estas alturas, darles de comer es lo de menos. Como quiera los juntas y les das de comer, en comparación a toda la problemática que tienen desde pequeñitos hasta los 12 o13 años, que las niñas se embarazan; los chamacos cumpliendo esa edad los están esperando el papá a que regresen del comedor y se los llevan a trabajar a las recicladoras, levantando cercos; niños que se los llevan a robar, que saben desbaratar un carro, que saben abrirlos, que saben robar pilas, robar llantas. Eso les enseñan. Es su diario vivir.

“No ha cambiado mucho el entorno la colonia, pero sí hemos visto un cambio: en un inicio se peleaban por la comida, haciendo fila se empujaban acostumbrados a un nivel de violencia horrible. Fueron aprendiendo que, para tener permanencia en este lugar, había que seguir reglas, portarse bien, respetar los espacios respetarse entre ellos/as mismos/as, a nosotros/as. Porque no sabes qué tantas miles de cosas nos dijeron por llamarles la atención y no los culpamos porque así los tratan en sus casas. No podemos esperar que nos traten distinto porque así son tratados ellas/os.

EL INVALUABLE PAPEL DE LA EMPATÍA

Irasema es el centro del Comedor Golondrinas. Ella es encargada de recibir las donaciones en un centro de acopio. Llama a la gente a que coopere y no se despega de ninguna de las actividades. Agradece a quien ‘jala’ con ellos, a quienes se suman a prestar sus manos a continuar con esa loable labor que asumieron un día que vieron abandonadas las instalaciones donde ahora está el mencionado comedor. Dice que ya es una propiedad con todas las de la ley, ya es un establecimiento sin fines de lucro pero con toda la intención de ser fraternos y solidarios con las y los niños/as.

“Antes recogíamos a domicilio íbamos de punta a punta a recoger un litro de leche. No queríamos quitarle la intención a la gente, en un inicio era muy complicado por las distancias. Se fueron haciendo redes más fuertes y sólidas de nosotros con la gente, de manera que cuando pusimos nuestro centro de acopio la ayuda empezó a caer solita.

“Ahorita hay una persona que hasta la fecha no sabemos quién es, pero que nos dona dos mil huevos cada quince días: ni dándoles huevo todos los días a todos los niños/as me los acabo; así que parte de esa ayuda la estamos canalizando a otros comedores, cuando tenemos excedentes así de que ‘esto se va echar a perder’ lo donamos. Tenemos un grupo donde estamos las colaboradoras de distintos comedores y ahí hacemos trueques, de esa manera evitamos el desperdicio.

DESAYUNOS, ARTE Y CULTURA

“Todo mundo que va ahí: estudiantes, comunidad artística que jamás me cansaré de agradecerles, equipos de futbol, de béisbol, negocios que nos apoyan, el banco de alimentos… hacemos todas/os una red muy bonita y totalmente transparente: no les podemos decir te voy a mandar el ticket de lo que compramos, no, te invitamos al comedor para que tú veas en que se está usando tu ayuda. Qué necesidad se está cubriendo con los apoyos”.

Irasema León se despide de su charla con Ciudadanía Sonora y sus lectores/as por supuesto agradeciendo a las personas que ayudan con sus manos, con su apoyo y con alimentos para el Comedor Golondrinas. Y asegura que con el apoyo que reciben se va más allá de alimentar también se nutre el corazón, la imaginación y la autoestima de las y los niños.



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