Por una agenda incluyente de las infancias y adolescencias

JOSÉ MARTÍN FAZ MORA

Consejero Electoral del Instituto Nacional Electoral

Descripción de foto: Consejero Electoral del INE MÉXICO JOSÉ MARTÍN FAZ MORA

Recientemente, el Instituto Nacional Electoral dio a conocer los resultados de la última edición de la Consulta Infantil y Juvenil (CIJ 2021), la cual se llevó a cabo en el mes de noviembre de 2021. Se trató de un ejercicio por demás importante que, además de romper las metas históricas de participación1, tuvo un alcance de poco más de la quinta parte de la población mexicana entre los 3 y 17 años de edad, es decir, el 21.48% de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 (INE, 2022).

Lo anterior es no solo importante por lo que significa cuantitativamente y lo que implica en materia de información para el diseño de políticas públicas que atiendan a la niñez y a las juventudes mexicanas, sino porque rompe con la falsa idea de que las infancias “no tienen nada que decir” y que las juventudes “son demasiado apáticas para participar”. Los resultados son muestra de la urgente necesidad de construir una agenda incluyente de las infancias y adolescencias en el país, además de la necesidad de que la Democracia -en mayúsculas- abra un espacio para ellas y ellos en la agenda pública.


El 21.48% de la población en México la conforman niños/as y jóvenes de entre 3 y 17 años.

El ejercicio fue notable, principalmente, por abandonar el adultocentrismo con el que tradicionalmente habían sido diseñados estos ejercicios. Ello, más allá de sus implicaciones en torno a la propia Consulta, trastoca la forma en que usualmente se colocan sobre la mesa los derechos de las infancias y adolescencias, para incorporar la premisa de las niñas, niños y adolescentes como agentes activos, rompiendo con ello la usual tensión en el tema entre protección y participación de las niñeces y juventudes (Liebel y Martínez Muñoz, 2009)

VOZ DE INFANCIAS Y JUVENTUDES

Pero no solo eso, sino que la CIJ 2021 -desde su diseño hasta los resultados mismos- es un ejemplo más de que si bien la relación entre los derechos de protección y aquellos asociados a su participación, tienen una compleja relación no siempre fácil de resolver; las infancias y juventudes tienen una voz propia en torno a los problemas que les aquejan, pero también sobre los temas más importantes que socialmente hoy estamos enfrentando como son el medio ambiente, la discriminación y los derechos humanos. Muestra de ello son las preocupaciones prácticamente generales entre quienes participaron, sobre el maltrato animal y el cambio climático; las manifestaciones de haber enfrentado discriminación o haberla visto en su entorno -principalmente por su edad-, o la identificación de los principales problemas que les aquejan, entre los que sobresalen la desigualdad y la violencia contra las mujeres, el abuso sexual infantil, así como la pobreza y la falta de trabajo (INE, 2022)

Las infancias y juventudes tienen una voz propia en torno a los problemas que les aquejan, pero también sobre los temas más importantes que socialmente hoy estamos enfrentando

Lo anterior exige un esfuerzo social en conjunto, para colocar en el centro del debate público la importancia y necesidad de construir una agenda por los derechos de las infancias y adolescencias, reconociéndoles como interlocutores válidos, tanto de los temas que les atañen, como de los problemas que enfrentamos como sociedad. Academia, organizaciones de la sociedad civil, instituciones públicas y partidos políticos deben impulsar tal esfuerzo.

Una Democracia sólida y que aspire a consolidar una ciudadanía plena no tiene otra opción que involucrar a las niñas, niños y adolescentes en la agenda pública. Los derechos de las infancias y juventudes, incluidos los de participación, no son una prerrogativa puesta a discusión, son un derecho inalienable al que ha llegado el tiempo de otorgar su lugar en la arena política y social.



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