Rescataremos la centralidad del ciudadano, promoviendo mecanismos de participación ciudadana y lucharemos por la creación de instituciones que promuevan y aseguren la participación de los ciudadanos singulares u organizados en la deliberación legislativa y en el desarrollo de las políticas públicas.

Fomentaremos la construcción de una auténtica cultura política cívica, la cual supone la deliberación y la participación responsable en los asuntos públicos, por lo cual es necesario fomentar la organización de la sociedad para que esta participe y sea corresponsable en el diseño y el desarrollo de políticas públicas.

Llevaremos a la práctica el concepto de planeación participativa para el desarrollo, promoviendo, facilitando y autorizando la participación ordenada de la sociedad en lo que toca a la organización comunitaria para la definición y resolución de los asuntos públicos.

Impulsaremos una Ley de Participación Ciudadana a nivel federal que dé certidumbre y establezca las bases para una participación social amplia y acorde a las capacidades de los actores sociales y congruente con sus necesidades, intereses y que vele por la preservación de la autonomía y la elección comunitaria.

Propugnaremos una Ley de Fomento a las Organizaciones Civiles que faculte, promueva y facilite su actividad para participar en la formulación, ejecución y evaluación de políticas sociales; pero que al mismo tiempo vigile la legalidad de su constitución, profesionalismo y experiencia y su probada responsabilidad.

Crearemos figuras jurídicas como la audiencia pública y la organización de cabildo, abierto, para asegurar contar con canales de comunicación permanentes y abiertos entre gobierno y la sociedad.