Consolidaremos un Tribunal Constitucional con funciones
específicas de control de la constitucionalidad de los
actos de la autoridad pública, que establezca doctrina en
materia de legalidad y resuelva cuestiones de
competencias, impedimentos y se construya como órgano
supremo dentro de la estructura del Poder Judicial de la
Federación.
Devolveremos al Consejo de la Judicatura la plenitud de
sus facultades y permitir que ejerza efectivamente las
funciones que le fueron conferidas inicialmente en las
reformas de 1995, con el fin de evitar la aparición de
subordinaciones y proclividades que afecten el ejercicio
de la impartición de justicia.
Reconocemos que el marco normativo se encuentra en plena
transformación, aún cuando es necesario que se adecuen
diversas leyes y códigos, tales como la Ley de Amparo, el
Código de Comercio, los códigos de procedimientos civiles y
penales y la Ley Federal del Trabajo. Sólo mediante una
legislación clara y congruente las disputas jurídicas
podrán tener un desenlace justo y equitativo.
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