La educación es la base más firme para forjar la personalidad nacional, la mejor arma liberadora del individuo y de la sociedad y la columna vertebral de nuestra organización política. La educación como sinónimo de justicia, libertad e igualdad; como el mejor vehículo para la creación de una sociedad integrada, homogénea y próspera; como medio para el ascenso tanto individual como colectivo. La educación universal es la base y fortaleza de toda República. Ambas encarnan el principio de laicidad que sustentan la libertad de pensamiento y el predominio de los valores públicos sobre los intereses particulares. Sonora requiere de una revolución educativa de cara a los nuevos retos y realidades que los tiempos actuales imponen. Un sistema educativo construido sobre nuevas bases donde la inclusión de amplios sectores sociales y el mejoramiento en la calidad de los servicios sean los criterios rectores, es condición-indispensable para la construcción de una Nación fuerte, justa y democrática.