Garantizar el fácil acceso de los jóvenes al sector educativo y de salud, así como a los sectores productivo, deportivo, recreativo y cultural.

El joven por su naturaleza es emprendedor, honesto, idealista y entusiasta; es necesario asegurar y canalizar ese potencial hacia las altas responsabilidades sociales, incluso en el servicio público.

Es importante generar el marco legal que promueva e impulse a jóvenes emprendedores al desarrollo de actividades productivas y que redunde en un mayor y mejor ejemplo juvenil.

Es indispensable mejorar los esquemas de crédito educativo que le facilite al joven ingresar y concluir exitosamente su plan de estudio.

Promover los valores entre la juventud, así como la cultura de la sexualidad y contra las adicciones, es tarea que debe ser impulsada por todos, y particularmente a través de los cauces gubernamentales.

El Estado debe asignar partidas presupuestales dirigidas a programas para la atención a la juventud, con especial énfasis en las instancias municipales.